Monday, August 14, 2006

Recortes de la Tormenta - Vol III

Solo la fuerza de voluntad, el sentido de deber, la vocación de servicio, y sobre todas las cosas un insomnio atroz me puede llevar a culminar en solo 3 updates y dos días tan gloriosa gesta como sea la transcripción de mis memorias de estas semanas. Recomiendo ampliamente para la lectura del rocanrol que se narra a continuación, una banda sonora que consista, básicamente, de la discografía de Los Natas. Por favor, apaguen sus celulares y plieguen sus mesitas. Observen el letrero de no fumar. No le hagan caso. Comenzamos...

Al acaecer el último recuento, yo estaba pegándome la siesta proverbial después de mi viaje a Rosario. Cuando llegue, solo éramos 4 personas en la casa de mi abuela, una simple vivienda de 2 habitaciones, living comedor, cocina y baño. Al despertar, el Caos se había instalado como un pariente lejano que llega para el casorio del hermano de tu madre. Básicamente todo familiar que viniera al casamiento de mi Tío desde Rosario estaba haciendo campamento base en el Sofá del living. En el revuelo de gente doce personas duchándose, cambiándose, peinándose, maquilándose e impacientándose, apareció el Novio en un cameo triunfal antes de emprender la marcha. Vaticinó, con su conocimiento de tipo de mundo, que la ceremonia no seria extensa, ya que su único comentario para con el Eclesiástico (Aparte del "Si, acepto" menester) fue "Padre, Schnell, bitte"

Llegamos entonces a una Iglesia ruinosa por fuera pero magistralmente decorada por dentro (Teniendo en cuenta que dicha decoración del interior estuvo a cargo de mi Madre y mi cuñada, mi integridad física dependía de que elogiara su labor...) Con Alemana puntualidad, la ceremonia comenzó ceremoniosamente a las 2100. Para las 2130, ya se habían intercambiado votos, besado los novios, salido, saludado la concurrencia, abandonado las premisas, barrido la escalinata y trancado la puerta. Eso es eficiencia, carajo.

La fiesta que le siguió a tan austera y amena ocasión, no tuvo nada de lo anterior. En una casa de fiestas sobre la barranca de Florida, con vista a las Islas del Paraná y las luces del Rosario-Victoria sobre el río, hubo una fiesta en la cual no se escatimo en comida ni bebida. Recuerdo claramente las dos cosas. Y por "claramente" quiero decir "Es lo único que recuerdo". Sobre todo lo segundo, que fue aun más abundante que lo primero. La música, sin embargo, fue excelsa, a diferencia de las suites que suelen acompañar los casorios y fiestas de 15 por igual. Con excepción del Carnaval (Costumbre que, si estuviera en mi poder, seria erradicada prontamente) el resto de la velada fue animada a ritmo de puro rock de los 70s y 80s. Para ser una fiesta donde el promedio de edad rondaba los 37, no esta mal...

Después de la fiesta, y con eso quiero decir cuando me desperté, maltrecho y dolorido en un futon en el living de mi tío, comimos unos restos de Catering (Consistentes de media pata de animal muerto rostizada) levantamos campamento de regreso a Torcuantinopla. Luego se sucedieron unos días de calma, en los cuales estoy seguro todo siguió a las patadas, pero en este momento solo me preocupa llegar al Fin de Semana. Así que sin mas preámbulos...

Desperteme temprano el viernes, y fuime a buscar a Chloe a Ezeiza. Lo siento mucho por la piba, quien era copada y todo, pero yo la verdad no estaba en mi mejor humor después de madrugar para ir a la otra punta de Buenos Aires, máxime si tenia que madrugar en un Hostel al día siguiente para llevar a la pobre piba (Que nada tenia que ver con esto) a Aeroparque. Claro que antes de eso nos encontramos con los otros voluntarios e ir a probar suerte en los bares de Reconquista. El único problema con nuestro plan de Acción era, justamente, Chloe, quien con sus 17 a cuestas no le permitían acceso ni a Kilkenny ni a Porto Pirata, por lo que esta historia bajonera termino, como todos los bajones en la urbe, en McMuerte.

El Sábado, después de despachar mis asuntos en Aeroparque, me volví a casita en transporte publico. Incidentalmente, calculo que para cuando llegue a casa, Chloe debe haber estado aterrizando en río Grande, pero bueno... Llegue a casa, y me fui al sobre así como por un tubo. Poco sabía yo que ese seria un día que viviría en mi memoria como una de las más destacadas presentaciones de Los Tres Hombres...

Pongo mis relojes temprano porque siempre llego tarde. Así, a las 1800 salimos de casa, hirsutos rumbo al Belgrano, el Belga y Yo. Al abordar nuestro transporte, rápida conferencia celular con Bestia Durmiente le permitió abordar nuestro mismo vagón, y al llegar a Retiro tuvo lugar un cuadro de una magnificencia que rivaliza con el reencuentro de La Compañía de El Señor de los Anillos: Fry y Pedro saludan al caballero de la rebelde cabellera mientras los Paladines del Norte desmontan de su metálico corcel. Lo que quiere decir que justo nos encontramos todos a la hora indicada en el lugar señalado. Solo esto debió ponerme alerta de que nos esperaban grandes cosas, pero nada me podría haber preparado para lo que acaeció en la capital de la provincia...

Tras llegar a destino, una figura se perfilo en una esquina lejana. Una silueta que, sin ser familiar, tenía cierta reminiscencia de tiempo atrás. Resulto ser una perfecta desconocida, pero justo detrás venia Jime. A ella también hacia mucho que no la veía. Luego de esta reunión emotiva, rumbeamos hacia un restaurant muy simpático, donde pedimos unas pizzas, un vino, una cerveza, y una Sprite. La Sprite era para Fry, desde luego. Que tipo maraca... En fin, como el pedido se tardo un poco (Unos 45 minutos... Nunca supuse que se pudiera tardar tanto para ponerle queso a un pedazo de pan y meterlo en el horno) tuve que hacer uso de las instalaciones sanitarias. Estaba ahí, ocupándome de mis asuntos, cuando entra al baño un dependiente del local, y procede a ABRIR LA PARED A MI DERECHA, REVELANDO LA DESPENSA DE ENLATADOS DEL RESTAURANT. Ojala y estuviera inventando esto. Cuestión es que después de comer y deliberar brevemente sobre cuanto y si íbamos a pagar, fuimos hacia Caetano Bar (47 Nº 772) y nos repatingamos en una mesa cercana al escenario.

Damas y caballeros, este es el momento de que le den play a Meteoro 2028. Solo para darle atmósfera. Si ya estaban escuchando Meteoro, pongan en cola Humo de Marihuana.

Dije, HAGANLO.

Bien, gracias. Continuemos...

La banda que toco antes, cuyo nombre no puedo recordar, no decepciono. Fue concisa, con onda, pero más que nada, fue Breve. Y cuando viajaste más de 3 horas para ver a la banda que toca después que ellos, eso es importante. Después de los debidos preparativos, y de que casi linchamos a un mozo, Los Natas tomaron el (reducido) escenario.

Ahora bien, el lugar en si no era Niceto, la gente estaba sentada en mesitas, no había ráfagas de porro surcando el espacio aéreo, y Gonzalo se había cortado el pelo. Pero lo que se tocaron estos muchachos... Estuve pensando mucho sobre como iba a definir, con que palabras explicar, la performance de Los Natas esa noche. Llegue a la siguiente conclusión:

La coz que propinara una mula empacada, cuya pezuña rezumante de LSD impactara contra el Parietal, o acaso el Temporal Izquierdo de los presentes, habría tenido efectos menores en magnitud y psicodélia al violento maremagnum que se ciño, sísmico, sobre la capital bonaerense, sacudiéndola hasta los cimientos.

Bolsero, Humo Negro, Amanecer Blanco, Contemplando la Niebla, y Meteoro son solo algunos de los temas que detonaban los parlantes, irradiando magia. Una presentación tan al palo, que resulta pornográfico solo recordarlo. Y después vino lo verdaderamente flashero. Se retiraba Sol Satán, allende el Backstage, cuando un Grito perforo el murmullo de asombro de los presentes. Un reclamo terruñal que me broto de la entraña misma, del revoltijo patrio de mi ser. Me gusta pensar que lo escucharon, recapacitaron y luego de darle mecha a uno mas, volvieron, ya que el llanto aborigen que naciera de mis pulmones resonó claro como el día:

PATAS!

La casa se vino abajo. Creo que lo único que impidió que me metiera un corchazo ahí mismo (Aprte de la obvia ausencia de un arma de fuego) fue que no puedo fenecer sin escuchar Americano en vivo. Pero estuvo cerca...

Luego, sigue un desfile de Bares y charlas de Pub que me llevan de regreso a La Terminal, a Retiro y Torcuato. Llegar a casa cuando despiertan las amistades de tu hermano es divertido, pero mas divertido es que los despierte un pibe que llego de Europa hace poco más de una semana con Death Metal del viejo continente. Y fue así como, sin dormir, me senté a escribir el Update con el que comenzara este relato. Ya es tarde, y mañana por la mañana madrugo, Juana, para tomar el Tren. Porque puede ser tarde, pero nunca es tarde para un Voluntario.

Pone el Camino de Dios. Cerrá la ventana. Cerrá los Ojos.

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Grosso Upadte, lo que hicieron esos pibes en La Plata deberia estar gegistrado y ser pasado en las escuelas para enseñar lo que es musica y como hay que vivir, pensar que en la misma ciudad tocaba la 25, evidentemnte todo tiene un equilibrio.

8/15/2006 2:00 AM  
Anonymous Anonymous said...

Matt: la insistencia fue lo que marcó un antes y un después de las versiones q This is Hardcore de Pulp me dio (ya q - si, lo siento - Los Natas no me caben), combinado con tus tres relatos.

la verdad, un re flash loko!!! ja!

asiq weno, te dejo un abrazo envidioso por la clara, divertida e inteligente manera de hacer uso del lenguaje.

y ahora un abrazo como la gente!

jajajaja

El Cocinero.

8/17/2006 3:10 AM  
Anonymous Anonymous said...

El Bolsero! No el Arriero, has tenido un acto fallido... Maravillosa noche en verdad, y todavía no puedo creer que me haya salido la cholula de adentro y encarar dos veces a Sergio para charlar... Grosso, hay que ir a verlos aunque toquen en Kuala Lumpur.

La Tecla Illuminosa

8/18/2006 1:19 AM  

Post a Comment

<< Home