Una Accion Civil

Antes de empezar, quisiera pedirles a la gente suceptible al cinismo y el sarcasmo que se ahorren el trabajo de leer el presente docuemento y dirijan ya mismo sus insultos a tirenmelagomamangadeputos@tkb.com.ar.
Yo soy un hijo de puta y apruebo el contenido de este Blog.

La cosa es que venia volviendo en el 60 de lo de Fichu (El pibe ese con el que fui a ver a los Stripes, ya saben... Ese que vive a 5 cuadras de los cabarulos con mas style de Recoleta...) Venia rumiando mi soledad cual vaca cubana, sentado digamos que en la 5 fila, del lado que los asientos vienen de a dos, del lado del pasillo. Estos asientos en particular tienen el problema que si tus hombros son mas anchos que el respaldo (Lo cual, seamos honestos, no es tan jodido) uno tiene que viajar severamente escorado sobre el pasillo, so pena de intimar peligorsamente con el desconocido a tu derecha.

Venia entonces, torcido como les decia, cuando llegamos a Cabildo y Juramento. Este, cualquiera que se halla tomado un 60 hacia el norte sabe que es un moemnto dificil, poruqe si te descuidas se suben Elvis, Eleonora Casano y Vergara Leuman. Y entre el aluvion de gente subio La Vieja.

Ahora bien, yo distingo a la tercera edad en dos grandes grupos: El grupo A, son aquellos muchogenarios que llegaron a su edad viviendo vidas copadas, plenas, y que en general son viejetes simpaticones que se toman su condicion como pate del ciclo normal de la vida. El grupo B, en cambio, son esos viejos de mierda que ven a la juventud actual como un amargo recuerdo de sus vidas de mierda y en general tienen una actitud de mierda hacia la creacion en general. Es este grupo, curiosamente, el que por regla general se queja de como la juventud no tiene respeto por sus mayores y de que somos todos una manga de mocosos malcriados.

La vieja en cuestion pertenecia, claramente, al Grupo B.

Antes siquiera de haber abonado su boleto, sus ojos de cernicalo ya se habian posado sobre mi languida figura, y con la precision de un misil transcontinental fue a colocar estrategicamente a la tierna infante que zarandeaba del brazo entre ella y mi persona, tras lo cual procedio a impunemente exprimir a la criatura contra mi rodilla, en un vano intento por aludir a mi simpatia, lastima o sentido del deber. Este accionar fue luego promovido por otro activo partidario del Grupo B, quien con la sutileza de un camion con acoplado comento a viva voz lo desafortunado de la situacion de la vieja de mierda en cuestion, y de lo fantabuloso que seria que un abnegado joven le cediera el asiento a la sexagenaria damisela.

Es importante notar que en general no tengo problema en darle mi asiento a los simpaticones vegetes del Grupo A. Incluso, si un miembro de B me lo pide amablemente, tampoco me es problema en dejarle sentar en mi lugar.
Lo que me revienta son los que creen que su edad y el hecho de llevar una criatura contra su voluntad a dios sabe que oscuro destino infernal les confiere un poder incuestionable sobre las masas, las cuales deben abrirle paso como si poseyeran una magestad faraonica. Esta vieja era de estas ultimas.

Me encontraba entonces en una debacle moral, una clara eleccion entre el bien y el mal, civilizacion o barbarie. Sentia el peso de las miradas expectantes sobre mi, y entonces, sopesando todos los factores, decidi.
Era el momento de hacer algo por la sociedad.
De devolverle algo a la comunidad que me dio tanto.
Era la hora de una Accion Civil:

Me hice el dormido.

Si, ya se lo que estan pensando... "Este pendejo es un hijo de puta" "Pero que mierda esta diciendo" etc etc. Pero se equivocan. Hice lo que estaba en el mejor interes del bien mayor. Ahora van a ver.

Despues de ver que su primer escaramuza habia fallado, La Momia y su sicario prosiguieron con la ofensiva, con tacticas cada vez menos sutiles incluso que la primera. Tras digamos 20 minutos de furiosos embates, habiendo sentado Baba Yaga a la niña en el suelo y practicamente vociferando en mi pabellon auricular, una piba sentada a mi izquierda se levanto y le dejo el asiento.

Mal. Muy mal...

Es un hecho comprobado que a la gente le gusta hablar mierda de otra gente. Una rapida pasada por los canales de aire un dia de semana a las 14:00 puede confirmarlo facilmente. Entonces, al NO hacer lo que la gente queria que haga, les di motivo de charla durante casi media hora, abstrayendolos del tedio de viajar en un colectivo hasta las manos de gente y permitiendoles repasar sus argumentos sobre lo irrespetuosa que es la juventud, de como todos somos drogadictos irresponsables y de que el futuro del pais esta perdido. A su vez, les permitia sentirse mejor con ellos mismos, al pensar como "Si yo estuviera en su lugar, le dejaria el asiento al instante!" y dandoles un foco para que canalizen la frustaracion de sus existencias malgastadas en alguien en la flor de la vida. Incluso beneficie indirectamente a la chica que termino parandose, porque entonces podia creerse ser mejor persona que yo.

Ilusa.

Al hacer ese acto tan socialmente aceptable, estaba robandoles a todos los viejos resentidos la posibilidad de generalizar a la juventud como una piara infame. Ya decia el Conde de MopnteVristo "Si en verad me amas, no me robes de mi odio". Asi, al dejarle que una vieja de mierda se siente, estaba damnificando la felicidad de otros muchos viejos de mierda.
Ella, claramente, no pensaba en el bien mayor. Se dejo llevar por la egoista sensacion de euforia que le provocaba ser vista como una niña bien.

Los hijos de puta, aquellos que lo hacemos realmente por el bien del pueblo, nunca somos reconcidos como merecemos. La sociedad no solo nos necesita, sino que nos AMA. Sin nosotros, los niños y niñas bien no podrian brillar tanto, y la ira y frustracion consumiria a la poblacion, acortando la expectativa de vida y aumentando el Stress general. Si no fuera por nosotros, la gente tendria que encontrar otra forma de lidiar con el hecho de que son una mierda tambien, pero por suerte ahi estamos para distraer su atencion, y dejarlos vivir sus vidas de mierda.

Fue asi como, cobijado en una tibia sensacion de bienestar, producto de la satisfaccion de cumplir con el deber, ese peculiar calor que irradia la gente cuando te odia intensamente y la miasma de vahos que caracterizan los viajes en colectivo los dias con mucha humedad, prosegui rumbo a lo de Seba, donde comi Fondue y me empine un Birrete. Final Feliz.